En los últimos días, se ha visto en la prensa que algunos gobiernos estatales, como el de CDMX o EDOMEX, han invertido alrededor de 500 mdp en vales electrónicos canjeables por útiles escolares.
Estos vales se reparten en las escuelas públicas para ser activados entre los meses de julio y noviembre, canjeándose después por útiles y uniformes en comercios participantes, avalados por el programa.
El objetivo de la iniciativa consiste en aligerar la carga económica que representa para los padres de familia la compra de útiles y uniformes al inicio de cada ciclo escolar, por lo cual, en general, es de reconocerse.
Sin embargo, cabe hacer algunas observaciones:
- El apoyo que una familia percibiría al recibir una mochila con los útiles de la lista escolar es mucho mayor al que recibe al canjear un vale con dinero electrónico en comercios autorizados. Esto se debe a que los precios de menudeo que ofrecen los comercios establecidos a los padres de familia siempre serán más elevados que los ofrecidos por mayoristas, especialmente cuando se trata de concursos o licitaciones donde los Gobiernos pueden analizar varias propuestas, decidiéndose por la más adecuada, tanto en el aspecto técnico como económico.
En el siguiente ejercicio tomamos como base un paquete genérico adjudicado este año a Grupo DUME con motivo de la Licitación Pública Nacional No. CE-926013007-E1-2016, para compararlo con los precios ofrecidos en comercios de venta al público general. La diferencia en los precios se explica por sí misma:
- La entrega de vales implica para las familias un doble desplazamiento: para recogerlos y para canjearlos, una vez llegada la fecha. Esto representa gastos adicionales, especialmente para aquéllos que viven en las zonas más vulnerables y alejadas de las ciudades. Es por eso que en Grupo DUME uno de los pasos más críticos de nuestros proyectos es la entrega de los paquetes con útiles en todas las escuelas de los Estados y Municipios contratantes antes del primer día de clases, para lo que incorporamos nuestra propia flotilla de transporte y tecnología que monitorea y hace públicas las entregas.
- Otro tema a considerar es la fecha de entrega. Para que este tipo de programas tengan éxito y realmente beneficien a la economía familiar, es importante que lleguen en tiempo, pues de nada sirve recibir una mochila con cuadernos en noviembre, cuando todos los padres de familia deben enviar a sus hijos a la escuela con los útiles completos en agosto.
- Mucho se ha hablado acerca de los vales y tarjetas electrónicas: en ocasiones generan problemas para activarse; y en otras, aparece una suma menor de dinero a la comprometida, o lo que es peor, no se refleja ningún importe en ellas. El primer paso para el éxito de cualquier programa social, es que sea transparente. El segundo, que llegue a manos de los beneficiarios en el tiempo y forma comprometida.
Reconocemos y aplaudimos que cada vez más gobiernos se unan a este tipo de iniciativas, atacando de frente las causas que originan la deserción escolar. Ahora nos toca trabajar en mecanismos que garanticen un mejor y más transparente empleo del recurso público, beneficiando más y mejor a las familias. Es nuestro compromiso como ciudadanos, empresarios y gobierno.